sábado, 20 de octubre de 2007

El anciano

El anciano quería subir la colina, pero sus viejas rodillas no se lo permitían. Decidió que la perseverancia y la constancia le llevarían hasta lo más alto, y empezó a labrar día a día, con sus humildes aperos, una rampa que le permitiera llegar a la cima para poder ver el paisaje como lo veía cuando era niño. Pero antes de que pudiera acabar su rampa, murió. Lástima que nadie le dijera que en la cara oeste el ayuntamiento había montado un moderno ascensor.

(Vatos)

No hay comentarios: